¿Cuáles son los elementos que configuran una adecuada agencia gestora de la seguridad ciudadana para América Latina?
Veinte años se cumplirán (28 de octubre de 2003) desde que se firmó, en México, la ‘Declaración sobre Seguridad de las Américas’. Por medio de este acto los países suscriptores manifestaron su indeclinable compromiso de abordar los problemas de seguridad que aquejaban la región, pero con la particularidad, desde este hito, de incorporar en el plan de acción un enfoque conceptual novedoso y con pertinencia territorial para toda Latinoamérica. Se trataba de la noción de ‘seguridad multidimensional’. Perspectiva inédita en el sistema internacional y que, para tratar la inseguridad, proponía un abordaje integral de todas las complejidades endémicas de América Latina que remitieran, de una forma u otra, al fenómeno de la criminalidad.
Sin embargo, fue ese mismo afán holístico el que la apresó a una amplitud semántica que entrampó la operacionalización de sus objetivos y diluyó, en la práctica, una auspiciosa oportunidad para definir un marco institucional unívoco para la gestión de los asuntos de seguridad en cada uno de los Estados firmantes. En este último sentido, si bien –en el 2005– se creó la Secretaría de Seguridad Multidimensional de la OEA (para coordinar la cooperación política y técnica entre los Estados miembros, en conjunto con otras organizaciones internacionales), las realidades locales de desgobierno político-civil en materias de seguridad hicieron sucumbir los esfuerzos por establecer una pauta general para el diseño, implementación y evaluación del marco institucional de cada país de la región.
Por otro lado, la arraigada ‘tradición’ latinoamericana de entregar estos dibujos y baremos a las mismísimas fuerzas de seguridad socavó las capacidades latentes de cada Estado para gobernar democráticamente la prevención y el control de las violencias y el delito.
No obstante, el desvío no es irreversible. Pero, supondría, de entrada, favorecer –con medidas concretas– el control democrático de la ciudadanía sobre el sistema institucional y funcional del Estado en seguridad ciudadana; habilitar y facilitar canales de rendición de cuentas para que el poder político fundamente y se responsabilice por sus decisiones en este plano; y, finalmente, dotar al ministerio o secretaría de Estado en seguridad de la debida autonomía orgánica, así como de una planta de funcionarios altamente profesionalizada y suficiente en capital humano, para dar por superada la necesidad lastrera de poblar las vacantes en seguridad pública con ex personal de las agencias de seguridad.
Ahora bien, ¿cuál es el panorama institucional que ofrece la región?
Un breve sondeo de sus polos de desarrollo (Brasil, México, Colombia, Argentina, Chile y Costa Rica) acusa un tratamiento dispar, tanto en el plano orgánico como funcional. Reparticiones adscritas a otra secretaría de Estado, como en los casos de Brasil (Ministerio de Justicia) y Chile (Ministerio del Interior. Aunque en actual tramitación –boletín 14614-07– su Ministerio de Seguridad Pública), coexisten con entidades autónomas y especializadas, como en los casos de México (Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana), Colombia (Consejo Superior de Política Criminal), Argentina (Ministerio de Seguridad) y Costa Rica (Ministerio de Seguridad Pública). A su turno, labores como la coordinación de las agencias de seguridad y la formulación de políticas en prevención del delito (México, Argentina, Chile y Costa Rica) se alternan, por ejemplo, con tareas prelegislativas sobre los proyectos de ley en tramitación (Colombia), o la administración y planificación del sistema penitenciario (Brasil).
Empero, más allá de las variaciones existentes, ¿efectivamente rinde resultados esta institucionalidad? ¿cuál(es) modelo(s) en mayor medida?
Estas interrogantes quedan resueltas al atender cinco elementos clave para la –óptima– configuración de una agencia gestora de la seguridad ciudadana:
Entendida como la política pública consagrada a la prevención y el control de las violencias y el delito, la política criminal viene a nutrir de sustancia la arquitectura institucional para el gobierno de estos fenómenos desde cuatro frentes: ejecutivo, legislativo, judicial y penitenciario. Estas cuatro dimensiones del poder público confluyen y construyen las normas, políticas, medidas y prácticas que se disponen por los agentes del Estado para intervenir la problemática de la criminalidad.
Este programa de acción encuentra su rectoría en las oficinas del sector ejecutivo, variando en su nomenclatura, más conservando la responsabilidad de liderar una visión sistémica de la seguridad. En ese contexto, su desafío consiste en elaborar una estructura organizacional que propicie la implementación efectiva de los planes y estrategias del Estado en prevención y control del delito, propendiendo a la ‘unidad de acción’ de sus agencias y garantizando espacios de participación y fiscalización para la sociedad civil.
De acuerdo con el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, la seguridad ciudadana es «aquella situación política y social en la que las personas tienen legal y efectivamente garantizado el goce pleno de sus derechos humanos y en la que existen mecanismos institucionales eficientes para prevenir y controlar las amenazas o coerciones ilegítimas que pueden lesionar tales derechos». En su mérito, asiste al Estado la necesidad de consagrar al gobierno del fenómeno de la seguridad a todas las planas territoriales y funcionales de su administración, observando una estrategia que asegure, ante todo, el respeto irrestricto de los derechos humanos de las personas que resulten sujetas a control.
En línea con los postulados de la seguridad multidimensional, un abordaje integral de la problemática demanda una perspectiva sistémica que articule de manera consistente las diversas políticas sectoriales que, en algún grado, interseccionan los despliegues de la estrategia de seguridad, propiamente dicha. Esa coordinación se suele depositar en un ente gestor premunido de alcance territorial y funcional.
La sabiduría convencional aconseja que, para sortear cuestionamientos sobre la racionalidad y razonabilidad de las normas y medidas adoptadas para prevenir y controlar el delito, se debe otorgar foro a la asesoría experta, integrada por especialistas independientes políticamente que informen la toma de decisiones con sus aportes en conocimiento y experiencia. Con el fin de instaurar una instancia que permita ‘meditar’ los designios de la opinión pública, en aras de asegurar una mayor coherencia y prolijidad en los planes de acción del Estado.
Resulta aconsejable un aparato institucional provisto de personal con carácter eminentemente técnico y cuyo equipo de trabajo pueda aspirar a desarrollar una carrera funcionaria en la repartición. Esto le brindaría al mentado órgano civil una continuidad y profesionalidad en su gestión, con miras a proyectar en el mediano plazo la conformación de una masa de especialistas en diversos asuntos de la seguridad ciudadana.
Este rejunte de variables revisten consideraciones que no se pueden pasar por alto a la hora de estudiar el diseño organizacional que requiere la institucionalidad en seguridad. Sea una secretaría de Estado autónoma o una oficina adscrita, lo imperioso es prevalerse de un esquema orgánico y funcional que permita afrontar los desafíos que dimanan del fenómeno de la criminalidad, cautelando siempre un marco de gestión democrático y altamente especializado.
Como cierre, y abandonada –momentáneamente– la empresa de coordinar centralizadamente los esfuerzos regionales en seguridad ciudadana, no debe renunciarse, a su turno, al aporte que puede entregar la cooperación internacional, máxime, en un campo exponencialmente transnacionalizado como el delito. Las estructuras institucionales domésticas deben resultar permeables por las directrices y recomendaciones del sistema interamericano, y disponerse en un espíritu colaborativo entre agencias nacionales para hacer frente a una problemática que de ninguna manera se disipará de manera parcelada. Por el contrario, demandará la comunión de sus acciones y su aptitud organizacional para responder con eficacia y eficiencia a la versatilidad del fenómeno criminal. En ese escenario, el específico diseño institucional de la gestión securitaria parece encuadrarse con necesidades técnicas reales, alejadas de la tradicional analgesia de la medicina burocrática.
Citación académica sugerida: Bravo Correa, Nicolás. Ministerios de Seguridad en América Latina: ¿necesidad o placebo? 2023/06/28. Disponible en: https://dutapp.com/ministerios-de-seguridad-en-america-latina/
Palabras clave: América Latina – Ministerios de seguridad – Diseño organizacional – Gobernabilidad democrática – Seguridad multidimensional.
Abogado (Universidad de Chile). Estudiante de Magíster en Derecho penal (Universidad de Chile). Postitulado en Criminología (Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile).
Investigador asistente del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Universidad de Chile.
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Abogado egresado de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala y con un Máster en Economía de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. En la actualidad, desempeña el cargo de Editor Asistente en el blog de la International Association of Constitutional Law (IACL) y es Director del área de Estudios Jurídicos en la Fundación Libertad y Desarrollo, un think tank basado en Ciudad de Guatemala. A nivel docente, ejerce como profesor tanto en la Universidad del Istmo como en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Adicionalmente, es columnista para el periódico guatemalteco La Hora. Sus principales áreas de investigación son el derecho constitucional y el derecho electoral.Ha trabajado como especialista en la Relatoría Especial para la Libre Expresión de la CIDH, Fundamedios y la Dirección Nacional de DDHH en Ecuador. Actualmente, es Directora del Observatorio de Derechos y Justicia de Ecuador, docente en la Universidad Internacional del Ecuador, y socia fundadora de Gentium Law Consultores.
Director Ejecutivo de Fundación Ciudadanía y Desarrollo, contacto nacional de Transparencia Internacional en Ecuador. Abogado y máster en Dirección y Gestión Pública, así como en Acción Política, Fortalecimiento Institucional y Participación Ciudadana en el Estado de Derecho. Fue miembro suplente de la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador y asesor constitucional en el Consejo de Participación Ciudadana. Fellow del Centro para la Democracia, el Desarrollo y el Estado de Derecho de la Universidad de Stanford. Consultor para organizaciones nacionales e internacionales en temas de derechos humanos, libertad de expresión, acceso a la información, participación ciudadana, transparencia y lucha contra la corrupción.
Es profesora ayudante e investigadora predoctoral en el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Tiene un Máster en Democracia y Gobierno, y un Máster en Gobernanza y Derechos Humanos, ambos de la UAM. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Lab Grupo de Investigación en Innovación, Tecnología y Gestión Pública de la UAM. Su tesis doctoral aborda la relación entre género, tecnologías y sector público, con un especial énfasis en la Inteligencia Artificial. También ha publicado sobre innovación pública y colaboración entre administraciones públicas y ciudadanía. Formó parte del equipo editorial de Agenda Estado de Derecho desde 2020 hasta febrero de 2022.
Abogada de la Universidad de Chile y Magíster en Derecho Internacional de la Universidad de Cambridge. En el ámbito profesional, se ha desempeñado en el extranjero como asistente legal en la Corte Internacional de Justicia y consultora para la International Nuremberg Principles Academy. En Chile, ha trabajado como abogada para el Comité para la Prevención de la Tortura, y actualmente se desempeña en la División de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Asimismo, es académica de Derecho Internacional Público en la Universidad de Chile. Sus áreas de investigación incluyen el derecho internacional de los derechos humanos, la regulación de la actividad policial y su conformidad con estándares internacionales, el derecho internacional humanitario y el derecho penal internacional.
Ex Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hasta el 5 de octubre de 2020. Abogado y docente uruguayo egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República de Uruguay (Udelar). Actualmente es senior fellow en El Diálogo Interamericano (The Interamerican Dialogue) y consultor en libertades informativas de UNESCO y organizaciones de la sociedad civil. Se desempeña como Secretario de Relaciones Internacionales y Gobierno Abierto del Gobierno de Canelones (Uruguay).
Docente y conferenciasta en el campo de la libertad de expresión y el derecho a la información en prestigiosas universidades, entre ellas American University (Washington), Unam (México), Universidad Carlos III (España), Stanford (California), Universidad del Pacífico (Perú), UBA (Argentina) Universidad Diego Portales (Chile), Udelar (Uruguay) y Universidad de los Andes (Colombia). Periodista, columnista y colaborador asiduo en distintos medios de comunicación.
José Luis Caballero Ochoa es Licenciado en Derecho por el Tecnológico de Monterrey, Campus Chihuahua; Maestro en Derecho, por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de España. Diplomado en derechos humanos y procesos de democratización por la Universidad de Chile. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Es académico – investigador en el Departamento de Derecho en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, del que fue su Director por seis años. Actualmente es Comisionado de la Comisión Internacional de Juristas. Ha participado o participa en diversas comisiones o consejos públicos, ciudadanos y académicos en México, entre los que destacan: el Consejo de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal; la Junta Directiva del Instituto Federal de la Defensoría Pública; el Comité Consultivo del Centro de Estudios Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; el Comité Académico y Editorial del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la Comisión de Selección del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, entre otros. Docente en diversos programas académicos en materia de derecho constitucional y derechos humanos en centros de educación superior nacionales, y ponente en congresos y foros académicos especializados en México, Argentina, Brasil, Chile, Guatemala, Colombia, España, Estados Unidos y Perú. Su papel como consultor y especialista ha implicado la elaboración de proyectos de ley, dictámenes técnicos bajo la figura de amicus curiae y peritajes internacionales. Su obra publicada consiste en más de 80 capítulos de libros y artículos en revistas especializadas sobre derecho constitucional, derechos humanos y derecho internacional de los derechos humanos, así como algunos libros en estas materias.
Doctorando en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (Argentina); Master en Derecho Penal y Procesal Penal por Osgoode Hall Law School, Universidad de York (Canadá); Diplomado Latinoamericano sobre Reforma Procesal Penal por la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales (Chile); Abogado con orientación en Derecho Penal por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Actualmente es el Director de Relaciones Internacionales del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP). Durante 8 años fue el Director del Área de Capacitación del Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), organismo internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA), creado en 1999 por resolución de la Asamblea General de la OEA, con sede en Santiago de Chile.
Fiscal de la Procuración General de la Nación Argentina. Es abogada por la Universidad de Buenos Aires, donde se recibió con diploma de honor, Especialista en derecho penal y procesal penal por la Universidad Torcuato Di Tella y Máster en Derecho por la Universidad de Georgetown. Fue becaria de la Fundación Fulbright y perita de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es profesora de Garantías Constitucionales del Derecho Penal Sustantivo y Procesal Penal de la Universidad de Buenos Aires, de Género y Derecho Penal en la Maestría en Derecho Penal de la Universidad de San Andrés y profesora invitada en distintas universidades, de grado y posgrado. Es autora de varios artículos en publicaciones académicas sobre temáticas de género y derecho penal y de garantías constitucionales en el proceso penal.
Abogado, Magíster en Derecho y Posgrado en Derecho Constitucional y Derechos Humanos por la Universidad de Palermo. Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Responsable del Programa para la Aplicación de Instrumentos de Derechos Humanos del Ministerio Público de la Defensa de la Nación. Integrante de la Red Latinoamericana de Académicas/os del Derecho - ALAS. Fue docente en diferentes universidades de Argentina, e investigador y docente en el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile. Sus temas de especialización son Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Acceso a la Justicia y No Discriminación.
Abogada colombiana, LLM en International Legal Studies por la Universidad de Georgetown y Máster en Argumentación Jurídica por la Universidad de Alicante. Es candidata a Doctora en Derecho por la Universidad de Georgetown. Actualmente se desempeña como Directora Asociada en el O'Neill Institute for National and Global Health Law y es docente en la Universidad de Georgetown y en programas de especialización y maestría en diversas universidades de América Latina. Anteriormente trabajó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde tuvo varios cargos, principalmente como Coordinadora de la Sección de Casos a cargo de la etapa de fondo y del litigio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Abogada costarricense, Máster en Derecho Internacional y Resolución de Conflictos por la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas. Actualmente se desempeña como Directora Legal para América Latina en Women’s Link Worldwide, desde donde ejerce como estratega legal, líder de iniciativa y abogada litigante, con una gran responsabilidad para diseñar y liderar complejos proyectos legales, asimismo, es docente en la Universidad para la Paz, y en diversas universidades de Costa Rica. Anteriormente trabajó en el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) como Directora del Programa para Centroamérica y México, en la Secretaría General de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y como consultora internacional. Marcia se especializa en el litigio estratégico con enfoque de género e interseccional.
Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de la República de Uruguay, magíster en Estudios Políticos por la Universidad Metropolitana de Venezuela y licenciado en Comunicación Social por la Universidad Santa María con especialización en Gobernabilidad y Gerencia Política por la Universidad Católica Andrés Bello y The George Washington University. Autor del libro «Venezolanos en el Uruguay» (2019). Trabaja como editor de la plataforma Diálogo Político y coordinador de proyectos del Programa Regional Partidos Políticos y Democracia en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer.
Vicepresidenta de incidencia y litigio internacional del Robert F. Kennedy Human Rights. Baeyens lidera la estrategia de incidencia legal en derechos humanos de la organización, incluyendo el litigio de casos de alto impacto ante mecanismos de la ONU y sistemas regionales de protección, en temáticas relacionadas con la protección del espacio cívico y la lucha contra la discriminación, violencia e impunidad. Previamente se desempeñó como oficial de asuntos políticos en la ONU y como oficial de derechos humanos en la CIDH, donde también coordinó la Relatoría sobre personas defensoras. Es profesora adjunta de la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown. Recibió su título de abogada de la Universidad de Ibagué, Colombia, y su LL.M en derecho internacional de los derechos humanos de la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos.
Juez electo de la Corte Internacional de Justicia, además de profesor y director del Departamento de Derecho Público de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) y fundador del Centro de Derecho Internacional (CEDIN) y del Anuario Brasileño de Derecho Internacional. Tiene un máster de la UFMG y un doctorado de la Universidad París X Nanterre, y ha trabajado como jurista adjunto en el CIJ. Ha sido profesor visitante en el Institut des Hautes Études Internationales de la Université Panthéon-Assas Paris II, la Université Caen Basse-Normandie, la Université Paris-Ouest Nanterre la Défence y el Centro Lauterpacht de Derecho Internacional (Universidad de Cambridge, Reino Unido).
Abogado venezolano, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello. LL.M. en derecho internacional de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y Magíster en políticas públicas de la Universidad de los Andes, en Colombia. Actualmente se desempeña como asesor legal senior del Centro de Derechos Reproductivos y docente de la Universidad de los Andes. Fue abogado de la Secretaría de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Directora Ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso (DPLF por sus siglas en inglés) organización regional dedicada a promover el Estado de derecho y los derechos humanos en América Latina. Antes de unirse a DPLF, fue Coordinadora Adjunta de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Comisión de la Verdad de Perú, a cargo de la investigación de graves violaciones de derechos humanos ocurridas durante el conflicto armado interno en ese país. Previamente trabajó en la Adjuntía para los Derechos Humanos de la Defensoria del Pueblo de Perú y formó parte del equipo legal de la Coalición Contra la Impunidad (Alemania) que promovió el procesamiento penal en ese país de militares argentinos responsables de la desaparición de ciudadanos alemanes durante la dictadura argentina. Katya realizó sus estudios de derecho en la Pontifica Universidad Católica del Perú y de maestría en derecho internacional público en la Universidad de Heidelberg, Alemania.
Experto afiliado al Constitution Transformation Network de la Universidad de Melbourne e investigador asociado de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala. Doctor en Derecho por la Escuela de Derecho de la Universidad de Melbourne y una Maestria en Derecho Público e Internacional en esa misma casa de estudios, y una Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rafael Landívar. Tiene experiencia en gobierno, especificamente en negociacion de tratados y convenciones, litigio en instancias internacionales e implementacion de instrumentos en materia de derechos humanos, y como consultor para organismos financieros internacionales.
Candidato a doctor por la Facultad de Derecho de la Universidad de Ottawa (Canadá). Director de la Clínica de Derechos Humanos del Centro de Investigación y Enseñanza en Derechos Humanos (HRREC) y profesor de la Sección de Derecho Civil de la Universidad de Ottawa. Anteriormente trabajó en la Comisión Andina de Juristas, el Tribunal Constitucional y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Perú. Sus áreas de investigación son el Sistema Interamericano, Empresas y Derechos Humanos, Derecho Penal Internacional, TWAIL y libertad académica. Integrante del Grupo de Estudios Latinoamericano sobre Derecho Penal Internacional de la Fundación Konrad Adenauer.
Es abogada por la Universidad San Francisco de Quito, y tiene un LL.M. por el Washington College of Law de American University, con enfoque en Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Es candidata para el título de Doctora en Derecho por la Universidad Externado de Colombia. Ha trabajado como especialista en la Relatoría Especial para la Libre Expresión de la CIDH, Fundamedios y la Dirección Nacional de DDHH en Ecuador. Actualmente, es Directora del Observatorio de Derechos y Justicia de Ecuador, docente en la Universidad Internacional del Ecuador, y socia fundadora de Gentium Law Consultores.
Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en Derecho Constitucional por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (Madrid). Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Guerrero (México). Es Investigador Nacional nivel I del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT, México). En representación de México es miembro del Grupo de Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales del Programa Estado de Derecho para Latinoamérica de la Fundación Konrad Adenauer.